domingo, 11 de abril de 2010

actualizando el diccionario 2 el discurso final

esto era un discurso pero parece más un poema:

quiero que mis méritos me habran las puertas del mundo, no mi sexo; que en mi cabeza se vea un cerebro y no sólo pelo; que en mi pecho se vea un corazón y no sólo tetas; que en mi tripa se vea un ombligo y no a una futura mamá; que aquellos con los que trabajo vean a una profesional, no a un ligue o a una camarera; que aquel al que amo no me obligue a escoger entre él y mi otro amor, mi trabajo; que sea yo la que decida con quién me acuesto sin que por ello tenga que hacer daño a nadie; que los que me rodean me ayuden a crecer como persona; que la prensa deje de hablar de cosas que no entiende y no propicie más prejuicios; que se diferencie entre querer ser un hombre y que te traten como uno con los mismos deberes y privilegios; que me dejen envejecer y morir como yo soy, sin intentar nunca ser otra para agradar a todos menos a mí; que me dejen ser un yo libre, sin jaulas ni cadenas que me impidan ser lo que soy: un ser humano con pensamiento y sentimiento que necesita del apoyo y compresión de los demás sin pretender nunca utilizarme como mero objeto sean quienes sean mis manipuladores, hombres o mujeres, culpables por igual.

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